En el crepúsculo de la mañana
Despertose
atolondrado él,
Por el chasquido del alma
Que le es leal,
Y le viene a buscar,
Descendiendo de la negura*.
El mismísimo Lucifer,
Afilando su doladera.
Apareciose de los cielos,
Aquella titánide Diosa,
Eos, reina de los oceaños
Para ampararlo del mortuorio.
Cuando la Aurora lo miró,
En la negura* se esfumo.
Aquellas alas mensajeras
*negura=niebla
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