Amor eterno

En una noche de verano,
en su castillo la está esperando
el príncipe, que de ella se enamoró.

Su hada de pálido rostro y cuerpo angelical,
entra como el viento a su aposento.
Se sienta frente a él y su cabello

cae suavemente por sus mejillas, intentándole amar.
Muriéndose sus párpados están, cuando sus labios le intentan besar
al príncipe alocado por su presencia.

Las flores cantan su desgracia, pues ellas saben
que el amanecer él no alcanzará.
La muchacha de su cuerpo quiere adueñarse.

Sobre él caerá, la maldición de aquel amor
que la dulce hada le envió.
¡Ya no me verás jamás, pues me perderé en la eternidad!

Ahora por la celosía del habismo me miras
mientras yo sufro aquí en mi lecho
por que nunca te pude tener, a mi vera siempre.

Las estrellas lloran mi prematura muerte,
púes me abrazaste con tu lluvia de oro
de la cual me enamoré eternamente.

Ahora envuelto con una capa blanca,
te veo rezar por mi alma,
que en vida, nunca supiste apreciarla.

No llores a mi lado querida,
pues yo siempre te contemplare
desde lo alto de los cielos.

Mi sufrimiento era siempre dulce
al recordarte vida mía
cuando te amaba entre irónicos y cínicos.

que sus ojos no veían a un hombre,
sino una Tellus árida y sin destino
pero que les cayó con su areté.

Ahora, que ya descanso en la eternidad
amor mio, siempre te querré, pues el viento
desnuda tu belleza y me deja ver tu alma diáfana.

Siempre te veré en el Peneo llorar
con tus ojos dulces como la miel
y tu cuerpo convirtiese en laurel.


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