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Mostrando entradas de agosto, 2015
Nosotros los poetas. Nosotros los poetas vivimos con la duda concediendo libertad al espíritu amando la vida y su libertad, encontrando  el sentido de los sentimientos ocultos del ser. Encontramos amores imposibles, pero inolvidables. Vemos el cielo enfurecerse con la tierra, como los amantes con sus miradas. Amamos cada centímetro del cuerpo femenino. Encontramos la esencia pandeista percibiendo la naturaleza, a la vez que creamos poesía. Amamos las noches, las mañanas, el sol que florece los caminos, fruto de su fulgor, que despierta nuestra alma moribunda. Escribimos metáforas incomprendidas. Filosofamos en cada verso. Eso hacemos nosotros, los poetas. Amamos amar y vivir con libertad. Vemos la belleza de la muerte, como la felicidad que aquí nunca alcanzaríamos. Creamos desde una vida psicodélica, tenemos una mente sinestésica. Eso hacemos nosotros, los poetas.
Todo en la vida pasa, pasa todo en la vida. Querida, recuerdo tu sonrisa con cada ola del mar, recuerdo tu rostro, que invita a soñar. Haces sonreír a todos, con tu regocijo divino. Creo en quiméricos presagios, como un loco soñador, mientras me enamoro de tu mirada alegre sobre lo alto de la colina. Todo en la vida pasa, pasa todo en la vida, de esta sólo queda el amor y el recuerdo. Desconocemos el destino, el corazón misterioso que nos hará reír, llorar, amar. Pero aún así vivimos con una palabra, esperanza. Son mentiras las palabras, que escritas sobre papel llenan de júbilo nuestros días, nuestros momentos más recordados, como aquella primera cita. Ahora son palabras de añoro, a un ángel terrenal como lo eres tú, la eterna juventud. Todo en la vida pasa, pasa todo en la vida como un corazón roto, un amor predestinado. Aveces, no sirven palabras para apaciguar mi llanto pues nadie sabe lo que mi alma siente, mi corazón alterado com
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¡Oh querida! Dulce me pareciste niña. Eras como el viento en la noche, que atravesaban mis sienes. Contemplando el cielo sentía euforia, de saber que estas en algún lugar escondida. Tu sonrisa tan brillante, como plumaje de un cisne, la belleza que desprendes, con sólo una mirada, las palabras, que adornan mi aturdido alma. Eres tú la culpable de mis noches en vela. Ahora ,no sé dónde estás. Quizás, escondida en algún lugar dónde las flores brotan de alegría por tenerte a su lado. ¡Oh querida, querida mía!
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El último romántico Mi alma sonríe al buscarte, en noches ebrias durmiendo sobre tu pecho. Un sueño buscado, quizás predestinado, cruzó en mi camino tu figura de niña.  Niña de divina sonrisa y moreno pelo. Quisiera amarte, perderme en tu mirada y dejar atrás este doloroso hastío. que entristece mis días al recordarte, querida. Solamente la muerte puede dejarte en el olvido, pues el tiempo despierta mi melancolía. Si he de hacerlo algún día, no quisiera una cripta, ni recuerdos como a cualquier poeta. Solamente tu trascendencia a la eternidad, con una sonrisa.
Soledad Quizás la soledad sea mi amor y este metamorfoseada en cuerpo, en alma iluminando mi vida, para poder encontrarme. Entre montes y colinas que escuchan un fragmento de mi vida, se marchitan, mueren las flores lentamente. Las estrellas ya no iluminan y yo, lleno de dolor alzo un grito al Señor. No quisiera pintar con mis manos trémulas el cuerpo impecable,  sin pesadumbre de mis amantes . Porque me dejarán sólo, sólo con mi dolor. Pintaré con sangre, mi sufrimiento sobre papel, pues la juventud es lo que me dejó. ¡Tierna soledad acércate a mí, y con tu luz deleitarme!
A veces...  A veces percibo el olor seco de los pinos en los campos de esta árida tierra. Aunque despreciaba su ocre piel, cuando mis pasos echaban a andar por sus montes, encuentro sabiduría en su silencio, encuentro el amor hacia mi propia alma. De repente cierro los ojos e imagino la figura de una mujer esbelta, una mujer de rostro pálido y alegre que surca mis efimeras pestañas y despierta a las mismísimas estrellas de una noche soñada. A veces, con canciones te busco, te extraño pero no estás. Aún asi te amo sin saber que me deparará el alba. Cuando te pienso me asalta un leve paroxismo, del cual no me quería desasir jamás, querida mía. Mientras yo lucho por vivir en versos,para acordarme de ti, cuando muchos creen que vivir es tener una exaltación orgásmica. Pero para mi, amar es un frenesí, amar esta vida tan perturbadora, tan natural y confusa que te lleva a lo más furibundo de tu ser.
Amo con razón... El sosiego se apodera de mi cuerpo, cuando la noche serena, cálida, llega enseñándome su belleza. La luna iluminando mi rostro, iluminando un alma aleada con los hombres del presente.  Las estrellas giran como hojas en el viento, mientras hombres hundidos en la tierra ya no esperan nada, sólo unos claveles sobre su tumba, como recuerdo. Con la llegada del alba, irrumpe en mí el desasosiego de saber que soy un dacio entre cientos en el extranjero, dónde la misantropía adueña su humilde alma y su nostalgia por la patria es siempre eterna. Detestan lo extranjero, mientras sobreviven de sus tierras. Pero yo amo sus vidas, aunque me sienta lejos, amo vivir en cualquier rincón del mundo, porque mi fiel amiga siempre acompaña mis pensamientos. Tristes, alegres, mundanos, mágicos con umpoco de ¡razón!