Perroflauta

No siempre, pero si muchas veces me siento un perroflauta.
Quiero ser un perroflauta, sí quiero serlo. Ser un perroflauta.

Vivir al margen del mundo, al margen de la sociedad.
Quiero ser un perroflauta, sí quiero serlo con esta sociedad.

Quiero despojarme de estas leyes que tengo que seguir
quiero vivir mi propia anarquía, sí has oído bien; mi propia anarquía vivir.

Quisiera serlo. Quisiera atiborrarme de marihuana, yo quisiera.
Y así contribuir a mi suicidio voluntario, lento pero voluntario.

Ser un antisistema, anticapitalista, anticomunista, sólo creer en la anarquía,
en mi propia anarquía.

Despojarme de esta ropa que lleva el nombre de envidia, vanidad, soberbia.
Despojarme de los rumanos, de mi pueblo, de mi puto pueblo.

Despojarme por un momento de ellos, de estos imbéciles
y vivir libre, sólo. En mi soledad mi propia soledad, lejos de estos imbéciles.

Sólo en mi piso, sólo con muchos libros y atibórrame de cultura,
de mísera cultura, pues así me gusta a mí vivir. Bendita cultura.


Soy bohemio, me considero, quisiera ser bohemio,
y no preocuparme por mi apariencia física ni de las etiquetas

que la gente me pone.
Quiero defender mi vida en forma de ideas.

En forma de poesía, en forma de arte abstracto.
De prosa. Quiero vivir y ver la vida como una creación artística.

Quiero despojarme de la ropa de los prejuicios que la gente tiene,
quiero sentir mi ocre olor del cuerpo sin varios días sin duchar,

y que nada ni nadie me critique.
Más eso no será posible…

Como dijo Aristóteles: -para no ser criticado, es no decir nada, no hacer nada, no ser nadie.
Más eso no es posible, porque por el mero de existir ya somos.

Quiero soledad, olvidar a estas gentes llenos de vanidad y envidia
y adentrarme en el mundo intelectual, en el mundo artístico.

Sueño en mi mundo de ser el capricho de muchas jóvenes y no tan jóvenes.
Más ahora no es así, quizás con el tiempo, reforzando mi sabiduría.

Quiero despojarme de creencias, opiniones, te todo lo que rodea y ser sólo yo.
Despojarme de mis complejos que me matan en vida, despojarme y ser sólo yo.

Mientras me pregunto ¿Seré fetiche o tendré una parafilia?
¿Por qué me gustan y me excitan tanto tus pies y tus piernas?

Son bellos, pues por eso me atraen. Son bellos, tanto como tú.
Son tan bellos que mataría por ellos. Tan bellos como tú.

Mientras vuelvo otra vez a la existencia me digo a mí que quiero
despojarme de la ignorancia. Esa que muchos tienen y son su propia sabiduría.

La ignorancia ¡Sí! Es su sabiduría propia, su propia sabiduría,
más no quisiera caer en ese error, aunque sé que alguna vez lo haré,

pues sabio no me considero, nunca me consideraré como tal.
Para eso seguiré aprendiendo y caeré en el error y en el mal.

No soy un hidalgo, un hidalgo no soy más mis antepasados sí.
Soy un perroflauta, un bohemio, un miserable hombre, sí.

Lo soy ¿Y qué? ¿A quién le importa eso? ¿No debería importarle a nadie?
Soy como soy y lo ápeiron lo sabe. Sí, lo sabe.

Y a todo esto, no sé porque tengo un odio muy exacerbado hacía el pueblo,
mi pueblo rumano, más no odio a mis antepasados. ¿Por qué será?

Me pregunto, mientras sigo elogiando, divinizando a los filósofos,
a los poetas, a sus poesías, su forma de ver la vida. ¿Será obsesión?

No lo sé y creo que moriré sin saberlo.


No lo sé. Estoy loco eso lo sé; pero bendita locura, locura bendita
que haces que mi vida me sea más fácil, fácil me haces la vida.

No quiero dar explicaciones sobre mi decisión. Mi decisión  sobre el odio
hacía el pueblo dacio, pues a nadie importa. Sólo a mí y al Creador.

No tengo explicaciones que dar pues en esta vida nada importa.
Importa nada, ni tan siquiera las cosas que hiciste; que lograste

que aún te queda por hacer; las cosas ya hechas y logradas.
Pues ellas sólo te darán momentánea satisfacción. Lo que de veras

importa  es la muerte y la manera con la que tú la quieres afrontar.
Subjetivamente pienso que la muerte es una pseudoidea, pero es.

¿Es la muerte el hecho de meternos en un ataúd de madera?
¿Es acaso el llanto que persiste en las almas de nuestros queridos

por siempre eternamente?
¿ Es eso acaso la muerte?

Sólo lo averiguaré en mi muerte, en la muerte de uno, subjetivamente.
Más aún siento no poder contaros que sea la muerte, que es la muerte.

Pues yo tampoco sé lo me espera. No lo sé.
Pues yo tampoco sé lo que me espera. No lo sé.

Si alguien me pregunta él porque de la reflexión existencial, le diré
que así como mueren las tendencias, la moda, muere una lengua

nosotros también, y por lo tanto lo único que tenemos para llegar
a la muerte es la razón y la religión, mediante las mediaciones.

Despojarme quisiera del capricho de morir, del suicidio.
Despojarme quisiera de los caprichos que en vida hay.

Despojarme del amor, de echarlo al olvido.
De no saber que existe el amor, olvidarlo

pues es una pseudoidea para mí.
Una pseudoidea que nunca se sabrá su significado.

Veo a veces a mí alrededor la negrura, la negrura de la muerte.
No me asusta pues sé que sabré la verdad gracias a ella, a la muerte.

En la hora de mi muerte no me amortajéis con oros e inciensos
sólo echarme tierra y ya. Sin oros, sin inciensos.

Hasta la llegada del fin en questa tierra, viviré.
Viviré gracias al arte, a la poesía, a ti Libertad viviré.

Quiero vivir como un perroflauta, un puto perroflauta.
Quiero vivir como un puto perroflauta, un perroflauta.

Pero a veces me miro y remiro y me doy asco.
Sí, me doy asco, mucho asco.

Aquí paso el día, en mi querida alcoba.
La alcoba que da al balcón y es mi mayor inspiración. Mi alcoba.

Escribiendo versos y pensando en alejarme de los dacios
como si se tratase de Satanás.  Peor que si fuese Satanás.















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