Comencé a vivir.

Comencé  a vivir hace pocos años,
eso bien lo sabe el Señor.
Pues yo no tuve infancia,
no jugaba con los demás,
no disfrutaba de tan bella
etapa de la vida.

Estaba muerto, no había nacido aún,
nada me ayudaba. Nada.
Pero de repente apareció en mi vida,
un lucero con luz propia y resucitó
mi cuerpo ya putrefacto y mi alma
desolada.
Aprecio tal lucero, la más brillante
De todas las estrellas. Cariño guardo

a ese lucero tan bello.

Comentarios

Entradas populares de este blog