En la terraza de un bar.

Hoy te vi. Estabas en la terraza del bar.
La calima me impedía ver tu rostro.
Aún así aprecie tu silueta sentada cigarro en mano.

Tus ojos los cubría unas gafas de sol.
La esperanza vuelve por un instante.
No vueles como el sueño, me digo a mi

mientras te miro sin parpadear.
Mi imaginación está más despierta que nunca.
Son las 12 del mediodía. Hace calor.

Mi hora preferida de la mañana.
Admiro tus manos, tus dedos, tus uñas
como Narciso a sí mismo.

El éxtasis se apodera de mi cuerpo
tal éxtasis mística.  Soy Bergson
y la nada. Ahora soy nada.

Nada porque te veo a ti. ¡Sólo existes tú!
Mi corazón palpita. Mi alma se vuelve pura
por un momento.


Tan hermosa te veo como la bruma
en la mañana.
Tus ojos eclipsan al satélite de la mismísima
tierra.

Inmerso en el bosque me encuentro ahora.
Sus altos pinos me parecen pequeñeces.
Huelo su aroma. Te asemejo a la naturaleza.

Vuelvo del trance. Otra vez estoy en la terraza.
No me importaría que tú seas Lilith,
y que me bajaras a los infiernos.

¡Oh tu mirada me encandila!
¡Oh tus labios me matan lentamente!
¡Oh mujer ven hacia mí!

Sin embargo te levantas y te vas.
¿Yo? seguiré buscándote, en sueños,
en inspiraciones, en mi imaginación.



Comentarios

Entradas populares de este blog