Todo en la vida pasa, pasa todo en la vida.

Querida, recuerdo tu sonrisa con cada ola del mar,
recuerdo tu rostro, que invita a soñar.
Haces sonreír a todos, con tu regocijo divino.
Creo en quiméricos presagios, como un loco soñador,
mientras me enamoro de tu mirada alegre sobre lo alto
de la colina.

Todo en la vida pasa, pasa todo en la vida,
de esta sólo queda el amor y el recuerdo.
Desconocemos el destino, el corazón misterioso
que nos hará reír, llorar, amar.
Pero aún así vivimos con una palabra, esperanza.

Son mentiras las palabras, que escritas sobre papel
llenan de júbilo nuestros días, nuestros momentos
más recordados, como aquella primera cita.
Ahora son palabras de añoro, a un ángel terrenal
como lo eres tú, la eterna juventud.

Todo en la vida pasa, pasa todo en la vida
como un corazón roto, un amor predestinado.
Aveces, no sirven palabras para apaciguar mi llanto
pues nadie sabe lo que mi alma siente, mi corazón
alterado como un tornado de estrellas en el firmamento.

Su hermosura, la primavera espera floreciendo los campos,
de esta tierra de mortales para ver los sentimientos
 que en ella yacen ocultos.
Siento el crepitar de su pelo en mis manos temblorosas
mientras mirando su rostro, lo asemejo a una obra de Rafael.
Todo en la vida pasa, pasa todo en la vida.
Hasta que las almas se alzan al cielo, olvidando vivir el presente.



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