Y cuando…

Y cuando ya me acostumbre
a estar muerto, a vivir muerto
tampoco podía ser feliz.

Los días pasaron sin que yo
me diera cuenta y ya me he muerto
por segunda vez; esta vez la definitiva.

No tenía la alegría de gritar al mundo
que alguien me amaba ni me quería.
No podía fardar de amor, ni de que nadie
me amaba…

Yo no esperaba nada de la vida;
ella de mi sí; verme sufrir.
Me he muerto y me moriré
Sin conocer lo que significa vida.


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