Hundido en la noche

Mis sentimientos fueron siempre taciturnos,
cuando te acercabas hacia mí, como el viento.
Tus sonrisas, me ofrecían un mar colmado de esperanza .
Tus miradas, alegraban mi apesadumbrado alma.

El día es mi muerte, porque me apaga con sus rubias centellas.
La noche, es mi existencia, mi sabia, mi morena y tierna amada.
Ella es la que escucha, los vaivenes de mi vida atolondrada.
Y me recuerda, que soy el hombre, que tu amor eterno busca.


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